9 de mayo de 2007

Y Sería...

Cuando cae la niebla y la habitación se puebla de gatos negros sin ojos que te miran; y un fantasma desfallece, y hasta en las puertas parece que se quejan los cerrojos y suspiran: Una molécula, un dedo, una mano, un brazo, un miedo ahuyentado por un hombro, por un cuello; una boca, una nariz, unos ojos un desliz por el intrincado asombro de un cabello. Y sería... Una nuca, una espalda, unas caderas sin falda, unas piernas, unos pies y elevarse a un vientre, a unos pechos y otros dedos que se han hecho mano, brazo y hombro que es duplicarse. Y una frente, unas mejillas, y también unas costillas, que no hay corazón sin rejas ni sin lima; y que nada quede ausente: oídos, nombre, subconsciente... que no le falten ni las cejas a esta rima. Y sería algo más que anatomía, más que la lucha insegura de dos pesos; y sería algo más que geografía, todo un golpe de ternura tras los huesos. Y sería un dormitorio la noche donde el alma son dos pieles contra el frío, y sería la madrugada un derroche cuando hasta en las puertas duele el vacío. Y sería el mundo una mujer, y sería, tal vez, ser. Cuando duermen las esquinas y no eres tú el que caminas llenando de pasos lentos el pasillo; y una sombra se desliza por la cama y agoniza, y ni ahogarse en lamentos es sencillo: Una molécula que ama y el milagro de una cama la transforma en dedos llenos de gozo a mares; y unos hombros, unos brazos que te encarcelan sin plazos, un cuello en el que lo de menos son los collares. Y sería... Una boca que habla a besos, una nariz que en sus excesos me trae al alma el soplido de la nada; y unos ojos que me miran como los míos la admiran, y un cabello de ángel, caído en cascada por su nuca de diván, por su espalda tobogán para un niño, ¡vaya juego de caderas!; unas piernas por donde ando con mis manos modelando y unos pies con los que llego donde quiera. Y sería algo más que anatomía, más que la lucha insegura de dos pesos; y sería algo más que orografía todo un golpe de ternura tras los huesos. Y sería un dormitorio la noche y dos pieles se enamoran contra el frío, y sería la madrugada un derroche cuando los pasillos lloran su vacío. Y sería el mundo una mujer, y sería, tal vez, ser. Y un vientre donde se sacia mi hambre sin el "muchas gracias" que nunca da de comer al deseo; unos pechos donde noto a Dios sin ser devoto, y aunque no sepa creer también creo. Una frente iluminada, unas mejillas, llamaradas, y un corazón fugitivo de su pecho; oír su nombre al sentir la sinrazón de vivir, no ser verso estar vivo sino un hecho. Y sería algo más que anatomía, más que la lucha insegura de dos pesos; y sería algo más que geografía, todo un golpe de ternura tras los huesos. Y sería un dormitorio la noche donde el alma son dos pieles contra el frío, y sería la madrugada un derroche cuando hasta en las puertas duele el vacío. Y sería el mundo una mujer, y sería, tal vez, ser. Y sería todo demasiado leve para poder hacernos daño después de esto; y sería la noche del veintinueve del segundo mes de un año no bisiesto. Francisco De La Uz.- Lo podés leer en... EL CAJÓN DE ARRIBA EL CAJÓN DEL FONDO

2 comentarios:

@Igna-Nachodenoche dijo...

Una poesía preciosa, una noche transformada, en ilusiones.
Un abrazo.

Rolando Escaró dijo...

me dejas sin palabras...
bellas palabras que se quedan flotando